jueves, 15 de febrero de 2018

Me llaman... Bridante.


Me llaman... Bridante.

NOTA: Esta es la continuación de la historia "La bridante y el bosque" haciendo cobrar vida no a la joven y curiosa guerra, sino a su fiel compañero. Siendo una pequeña introducción de lo que puede ser una serie de mini historias dentro de un mundo salvaje y misterioso lleno de diferentes criaturas. si te gusto tanto el intro como la historia deja un comentario para demostrar tu apoyo ante más entregas de este nuevo personaje.






Mirar las llamas de la hoguera consumirse poco a poco en esta noche me traen a la cabeza muchas cosas, él como tantas noches como esta terminan y comienzan igual... Recordando la mañana después de esa gran batalla, los sollozos de los heridos y moribundos, el destellar de espadas que aún chocan a la distancia, las madres, hijas y esposas desconsoladas abrazando a los perdidos y el como todo enmudece para mi cuando al fin veo su cuerpo en el campo de batalla, rodeada de bridantes, goblins y trasgos a su alrededor. Acercarme a ella me dio mas miedo que lanzarme a la propia batalla, con cada paso que daba me temblaban más las piernas y se me nublaba más la vista sin entender si era por el temor de comprobar lo que parte de mi presentía o por las heridas que en mi cuerpo había. Solo me pude desplomar al llegar a su cuerpo y cuando caí a su lado logré entender, que aquellos ojos que un dia rebosaban de vida y picardía, se encontraban ahora vacíos mirando a la nada... Después de eso solo recuerdo un grito antes de perder la conciencia, jamás supe quién fue, si el grito venía de mi boca o de algún otro que encontró a quien buscaba. Al despertar ya los muertos habían sido enterrados y honrados, los heridos habiendo sido tratados y Oriana... Ella ya era parte de nuestros héroes, "libertadora" decían algunos "incitadora" llamaban los más viejos "destructora de hogares" auguraban algunas madres y esposas dolientes. Todos y cada uno de ellos tenían su razón de hacerlo, inclusive yo le tenía un renombre y era "idiota" por no llevarle con ella y dejarme aquí solo, sin su presencia. 

Todo fue así hasta el dia que un comerciante apareció, hablando sobre el cómo vio la triste marcha de lo que quedo del ejercito que un dia vivió en nuestro bosque. Ese dia recibi mis tatuajes marcándome como guerrero de mi tribu y ese mismo dia me encomendé a mi mismo una misión: Que no descansaría hasta encontrar a los que quedaban de ese maldito ejército y darles el final que tanto se merecían... Dos semanas después de ese día partí y aquí estoy, siete años ocho meses y más vidas tomadas que árboles había en ese bosque, pero aun asi no me encuentro más cerca de mi objetivo, jure no volver hasta ver extinta a esa tribu gris y verde que destruyó tanto a parte de mi tribu como a mis propias razones para mantenerme en ese frío lugar. Aunque claro, son muchas las historias que se pueden recolectar en unos pocos años, si quieres acércate y escucha... Lo que el bridante tiene que contarte.

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