El viejo Murray

 Estábamos todos tan equivocados sobre el viejo Murray. Ese banquero de mirada oscura, con un cabello gris y muerto como sus ojos y con una actitud tan reservada que no sabias nunca si estaba bromeando contigo o simplemente no le agradabas. Un hombre tan solitario, tan oscuro, con tantas llaves de tesoros guardadas bajo su cuello que… Era imposible no culparlo a él.

Todo comenzó hace dos semanas, un sábado en la noche que aunque no fuera tan lluvioso era igual de sombrío y tenia esa pesadez en el aire. Yo esta fumando en la entrada trasero del banco esperando a mi querida Polly que estaba terminando de sacar cuentas para irnos del banco donde ambos trabajábamos, en ese momento llega el viejo Ford negro de Murray y se estaciona justo frente a mi, se baja y me da su acostumbrada mirada sombría.

“Es un poco tarde para sigas aquí chica” arroja el sin hostilidad, pero, sin ningún atisbo de aprecio.

“Estoy esperando a Polly” le dije “ya sabes que los sábados se sacan cuentas de lo ingresado durante la semana y esta vez fue ella la premiada”

“Solo… No se metan en problemas hoy, Renny y tu tienen talento para eso cuando Polly”

“Jefe, si habla mal de nosotros, un par de bromas en el trabajo nunca esta de mas ¿No es así Diego?” Dijo Renny mientras encendía un cigarro

“Solo… Le enseñamos a nuestros compañeros de trabajo que hay que mantener la moral alta” Dije mientras me reía y saludaba a mi amigo.

“Mientras se mantengan alejados de la cámara del tesoro, hagan lo que quieran” Comenzó a caminar y de inmediato el tintineo que siempre lo acompañaba resonó por el pasillo “estos muchachos de ahora, en mis tiempos no eran tan…”

Y el sonido de su voz se perdió entre el tintineo que tanto lo caracterizaba. El de donde viene ese tintineo me lleno de curiosidad desde que comencé a trabajar aquí hace un par de años, hasta que un día llevé a un cliente con él. Cuando fuimos a la conocida “cámara del tesoro” que tan famoso hizo este banco, entendí el porque de ese sonido. Bajo su cuello guardaba todas y cada una de las llaves que guardaban las riquezas de nuestros mas distinguidos clientes. Solo Murray, Polly y otros dos tenían acceso a este sector del banco y aun así, sin Murray, ninguna de las recamaras puede abrirse ya que cada entrada tiene dos ranuras para introducir llaves una que tiene el cliente y otra que Murray cargaba o bueno… Que todas y cada de una de las llaves que había bajo su cuello representaba a uno de nuestros clientes y por ende, mucho dinero. Él nunca dejaba que otro cargara las llaves y siempre las tenía encima desde que llegaba hasta después de irse, en mas de una ocasión alguno de los empleados lo veía dirigirse solo a la cámara.

Él se perdió de mi vista y solo me dedique a bromear con Renny sin saber que esa, sería la última noche que vería a Murray. Pasaron las horas y Polly por fin salió y con ella había dos maletas enormes ya que esa noche la llevaría a la estación de trenes porque su mama cumplía años y su auto se había dañado (o eso pensaba yo) metió las maletas al auto y me apresuro para irnos, abrazo a Renny para despedirse y nos fuimos, solo quedaban en el estacionamiento mi auto, el de Murray y la moto de Renny… No se como no me di cuenta antes.

Durante el camino me dedique a molestarla “¿Por qué no quieres que vaya a conocer a tu mama? Te da miedo que se quiera quedar conmigo ¿No es asi?”

“No es eso” decía mientras reía y me golpeaba el brazo “es que aun no llevamos mucho juntos y no quiero hacerlos creer que vamos muy rápido”.

En ese momento le creí y lo deje así, llegamos a la estación y al bajar las maletas no note que pesaban mas de lo que deberían y en la estación escuchaba un tintineo extraño, pero al mismo tiempo familiar pero… Ese trasero me alejaba de la realidad con solo moverse un poco.

“Te voy a extrañar” me decía mientras la abrazaba antes de subirse al tren, un ultimo roce de sus labios detuvo mi corazón antes de que se subiera al tren “te llamare apenas llegue a casa” dijo mientras sonreía y el tren comenzaba a moverse.

Y me fui a casa, me acosté y durante los próximos tres días me dediqué a comer y dormir aprovechando que tendríamos libre por los días bancarios. Hable con Polly un par de veces hasta que por accidente Renny derramo cerveza en mi teléfono y lo estropeo totalmente. Se lo entregue para que lo mandara a revisar y desde el teléfono de él llame a Polly para informarle lo que paso. Lo entendió y no hubo problema.

Volvimos al trabajo y fue cuando todo comenzó a ponerse extraño, primero que Murray, se tomaría unas vacaciones cuando en los 5 años que llevo aquí, nunca lo había hecho y que dejara por escrito que enviaría las llaves de la cámara en los próximos días. Unos días después las llaves aun no llegaban, los clientes se impacientaban y la gente comenzó a exigir que abrieran las bóvedas y con los debidos cerrajeros se hizo, pero… La sorpresa fue que la mayoría estaban vacías, ya no había oro, ni diamantes, ni efectivo en ninguna de las bóvedas de nuestros clientes y aquí es donde se supuso, que Murray se había robado todo, que el deseo de volver suyas todas las riquezas que por años custodio por fin ganara y que ese hombre de mirada sombría se había apropiado de todo y se fue sin dejar rastro porque claro, cualquiera que robara tanto dinero tendría como desaparecer. Eso fue lo que pensamos todos.

Los días pasaron, los investigadores iban y venían y las cosas empezaban a ponerse mas y mas incomodas dentro de la oficina, Renny se estaba poniendo cada dia un poco mas nervioso porque claro, nosotros habíamos sido los últimos en verlo antes del robo y Polly todavía no había hecho su declaración. Algo no encajaba y por eso llame a Renny para que viniera esta noche al banco, había algo, algo tan extraño en el aire que sentía cada vez mas cerca la verdad.

“¿Por qué estamos aquí Diego? No deberíamos ni acércanos a este banco con esta lluvia y sin saber si los policías nos confundan como enviados de Murray por lo que queda en…”

“Murray no robo el dinero Renny” lo interrumpí “no tengo como comprobarlo, pero no tengo dudas de eso, algo no encaja y tengo que averiguarlo”

Abrió los ojos como platos “¿Cómo puedes estar tan seguro?” no me miraba a la cara ya “nadie mas tenia las llaves y la llave maestra solo la tenía…”

“La llave” dije pausadamente “esta en mi auto” mire hacia la entrada trasera del banco “no se como, pero ahí esta, aparte de que Murray nunca se sentó en mi auto, en mi mente hay algo que siento que debería haber notado ya. Polly no me contesta desde el lunes y lo mas importante, Hoy encontraron el auto de Murray en el rio… Él nunca dejaría ese auto, ama ese auto casi tanto como a sus llaves y dejar ambas tiradas si sin mas…” El sonido de un click me hizo callar.

“Así que… Lo estas entendiendo ahora” Me voltee para ver a Renny, sin sonrisa en su rostro y con un revolver en la mano “debo decir que me sorprendes amigo, creí que no lo descubrirías, pero… Por lo visto estas peligrosa y estúpidamente cerca de la verdad”

Hubo un destello en mi mente “Murray no robo el banco… Jamás salió de el por su cuenta ¿no es asi?” Ahora todo tenía sentido “Y Polly no volverá ¿cierto?” la mirada de Renny se puso mas serio y una sonrisa algo macabra lleno su rostro.

“Déjame te ilumino en lo que falta amigo mío… Polly siempre le llevaba café a el viejo en su descanso, esa noche no fue la excepción, pero esta vez el café venia cargado con… Algo mas” Se acerco mas a mi “Basto con un par de tragos para que el viejo no pudiera moverse, el cierre de caja le dio tiempo a nuestra chica para que pudiera abrir las bóvedas mas importantes y sacara todo lo importante. Sacar el dinero no seria el problema, ya que nosotros somos el equipo de seguridad que esta para vigilar que nadie salga ¿no es así? Solo hacia falta tener un… Culpable y ¿Quién mejor que el bueno de Murray? Un viejo que durante años solo vio crecer la fortuna que se guardaba aquí”

“No…”

“Si, solo hacia falta perder el cuerpo y las llaves. Las llaves se las llevaría la chica consigo hasta llegar donde nadie las buscaría ¿En serio creíste que su auto estaba dañado? Solo estaba a un par de horas en tren de donde la dejaste. El cuerpo… El cuerpo era cosa mía, cuando me abrazo al despedirse, me entrego las llaves del auto de Murray, solo fue cuestión de moverlo cuando todos se habían ido, meterlo en el auto y lanzarlo al rio… Todo iba tan bien, ya pronto podría haberme ido con Polly sin que nadie sospechara nada, pero tenías que venir tu y obligarme a hacer esto, estropee tu teléfono para que no hablaras mas con ella, te mantuve distraído para que no sospecharas nada, pero… Tenía ella que dejar esa maldita llave”

“Renny tranquilo, podemos… Podemos resolverlo…”

“No Diego. No podemos” Y disparo. Planto tres disparos en mi cuerpo antes de quedar en el suelo. Se comenzó a alejar y solo pude escuchar “No es nada personal”

Y me quede allí, sin poder hacer mas que escupir sangre mientras pensaba en lo equivocados que estábamos todos, equivocados sobre Murray, equivocados sobre Polly, equivocados sobre… Todo.

Una carta necesaria

UNA CARTA NECESARIA 

Mamá, no tienes idea de cuantas veces traté de comenzar esta carta. Han sido dos semanas difíciles desde que salí de casa a escondidas esa madrugada pero… no me arrepiento de nada de lo que pasó, ni mucho menos me arrepiento de lo que pasará pronto. Esta carta te llegará dos días después de haberla enviado, lamento que sea así pero es solo una pequeña parte del precio que se debe pagar al luchar por una causa justa en el momento más difícil.

Nunca entendí por qué, pero la noche siempre llena de vida mi ser y esta noche me llenó de valor para por fin escribirte. Espero que tú y Nolan estén bien, pienso en ustedes a diario y es con su recuerdo que diariamente me lleno de fuerzas para seguir adelante. Se que no entiendes realmente por qué tomé este camino, pero espero que con estas pocas palabras puedas entenderme así sea un poco del por qué opté por este violento camino. ¿Recuerdas a Diana y a Petra? Esas hermosas chicas que estudiaron conmigo toda la secundaria y que con los años solo se hacían mas hermosas ¿Recuerdas lo que les hicieron esos malditos soldados? ¿Que de no ser por tus tatuajes no hubieran podido reconocer sus cuerpos? Se que lo haces y que también recuerdas que sus padres alzaron la voz para que los culpables fueran detenidos y que por ser hombres del ministro no podían ser tocados y que poco después los padres de ellas fueron ejecutados en sus casas.

Se que también te acuerda de Jonny, ese muchacho que solo era tres años mayor que yo y que cuando subieron el impuesto por comercio protestó junto a otros muchachos que vendían en el mercado. Era una persona agradable, siempre nos daba dulces a Diana y mí cuando llegaba del mercado… Qué injusto que lo encarcelaran por alzar su voz y que encubrieran su muerte como suicidio cuando, todo quien lo conocía sabía que él amaba demasiado la vida como para pensar en eso.

Se que soy muy joven para entender del todo muchas cosas, pero aun así, mamá, mi corazón no me permitía quedarme más en la casa mientras este estado se volvía más y más negro sin que nadie se les enfrentara. Desde un principio supe que no habría marcha atrás y tendría que aceptarlo hasta sus últimas consecuencias. Por eso, la tarde que volvía del trabajo, cuando vi cómo esos mismos policías violadores estaban dándole una paliza a un hombre sin ninguna razón visible, solo se reían mientras lo golpeaban, es aquí donde no pude más, donde toda mi rabia, mi  odio hacia esos malditos hombres se volvió acción y… Saqué mi machete de su funda y corrí, solo supe lo que había hecho hasta que el sonido de los gritos comenzó. Había matado a esos dos hombres por la espalda. 

Una señora ve la escena y grita sin cesar. Ayudé a levantar al hombre y entendí el por qué lo estaban golpeando. Era uno de los hombres que buscaba la ley por alzar su voz, por no seguir las leyes tan sucias de este gobierno.

“Gracias, chico” Me dijo el hombre “No tenemos mucho tiempo, pero… Lo que has hecho no tengo como pagarlo” Comenzó a buscar en los cuerpos de los policías, soltando sus armas y municiones “ahora debemos irnos de aquí, debo ir con mis hombres”

“Llévame contigo” Le dije “puedo ayudarlos, lo juro”.

No puedo decirte que pensé en ustedes cuando le dije eso, porque en ese momento hablaban mi rabia y mi deseo por hacer algo más que quejarme. Ese día pacté verme con él y unirme a la causa. Tenía que dejarlos, pero no podía decirte nada ni a ti ni a Nolan. Dejar la casa en la madrugada como un ladrón y huir de la ciudad… Pese a todo no me arrepiento de nada. No había usado nunca un rifle, ni había cortado un cuello antes, pero estas personas no de detendrán hasta acabar con la poca libertad que le queda a nuestro pueblo y nosotros no vamos a permitirlo. No pido que me comprendas, mamá, pero sí te pediré que ores por nosotros y que cuides a mi hermano.

La otra noche no podía dormir pensando que había cometido un error, pero al ver lo que nuestras acciones han logrado, se que no estamos equivocados. Te extraño y te amo como a nadie y espero que cuando todo esto termine, aún me recibas en casa.

Con amor, Tobias.