jueves, 23 de agosto de 2018

Años de oro




Años de oro


Los años pasan volando
de eso muy tarde me di cuenta
ayer veía como mi hermana cumplía su primer año
y hoy, ya supera los treinta.


Aquellos años que tanto debimos aprovechar
pero que por la inexperiencia y necedad desperdiciamos
pero no estoy para sermones hoy dar
solo quiero recordar las veces que juntos brindamos.



Tan distantes se ven esa época de antaño
donde cada viernes era una nueva salida
para terminar mareado en el baño
pero brindando alegremente, sabiendo que a un amigo
por la situación de antaño, pronto daría su despedida.


Pero esa noche nada importaba
eramos jóvenes, tontos y enamorados
de la vida, de nuestros amigos y aficionados a los tragos.


Viviendo una vida un tanto acelerada
bebiendo un poco de todo
y en la mañana no recordabas nada
esos días... Como los añoro.


Días en los que vivíamos creyéndonos inmortales
sin pensar en las consecuencias de nuestros actos
pero, eso convierte en sabios a aquellos jóvenes normales
y encontramos respuestas al fondo de botellas de sabores letales.


Sentados en ronda todos de nuestros años hablabamos
uno quería ser doctor, otro deseaba ser cantante
mas de uno quería viajar, otro algo tomado hablaba sobre un tal bridante
ahora esa noche me parece tan distante.


Olvidándonos de los cuadernos, tomando la botella
así no supiéramos bailar, en el local gastando la suela
aprendiendo a navegar poco a poco en esta escuela
que no era otra, que nuestra maestra la peda.


Nuestra diosa luna marcaba nuestra salida
arropados por la neblina cuando vamos en busca de aventura
jamas falto el amigo desmayado que auxilio pedia
varias veces ese fui aunque ahora nadie lo creería.

Años de oro que hoy tanto anhelo
escribo de ellos con alegría y riéndome un rato
ya que veo fotos y cuerdo tiempos mejores
donde no importaba el dinero, sino las emociones
mis hermosos años de oro y a esas personas
que aunque hoy este falto de fe, incluyo en mis oraciones.




lunes, 6 de agosto de 2018

Lamento Numida


Lamento Numida


"Entre mis viajes recolecte mil historias
yo te los contaré, según lleguen a mi memoria"
-Nómada.

Mirando el gran desierto eterno me encontraba
sentado en una duna
mientras algún licor beduino tomaba
sin tener la menor idea, de ese joven que se acercaba.


Oscura piel llena de cicatrices
hijo de soldado, con cabello azabache y tristes ojos grises
se sentó a mi lado mientras al cielo maldecía
o eso creo, no entendi mucho lo que decía.


Yo no soy un sabio, solo soy la voz de la experiencia
y esta misma me decia, que aqui atacaban los males
de esos que no explica la ciencia.


Cuando por fin me vio, solo se volteo y me pidio un trago
tras un paso de botella, una triste risa y varios etílicos vasos
al fin suspiró y para decirme "Je ne parle pas l'anglais"
era un númida mestizo, que se crió con un clásico padre francés.



Me pregunto sobre mi vida, yo le dije que era simple y bella
aunque solitaria, ya que mi ruta es larga aunque necesaria
de amores se poco, solo de lo que he vivido
si es cierto, he tenido unos cuantos y de todos aprendido
pero al final del dia, el amor mas grande comienza conmigo.



Entonces el joven mirando al oscuro cielo suspiraba
me hablo de una bella dama que pese a su piel oscura como la noche
sus padre la llamaron Azalea.



Mujer del desierto, labios dulces y con inolvidables pechos
pero con corazón frío, ya que ahora me tiene desecho
nunca fui de enamorarme, solo iba y venia saltando techos
fue esa diosa de ébano, que sin buscar me cautivo
ahora estoy desesperado, mis amigos no entienden este hecho.



Ya que ella tan pura, bella he incomparable
en sus venas hierve la sangre, es como una yegua salvaje
impredecible he indomable
mujer de todos, mujer de nadie.



No se cuantas veces fue mía en la arena
pero ella solo pensaba en el momento
ahora, solo soy parte de su lista de gente pasajera
y heme aquí, buscando ánimos en gente extranjera.


El destino es curioso, el mundo pequeño
y de entre todo lo que se solo te digo
que las mujeres en este mundo son lo que mas lastima
pero también son la cosa más bella, que alegra nuestros días
porque cada una que nos llega en nosotros deja su estela.


Ahora los dos en la orilla del desierto la eternidad miramos
no se que pensara de mi licor beduino
ni que significa ese símbolo tatuado en su mano
solo se que aqui estoy yo
escuchando lamentarse al Númida
y como lo escucho a el, te escucho a ti mi hermano.



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