TAN CERCA
Solo seguíamos corriendo entre los callejones de este subterráneo
hasta que… ¡BANG! Otro disparo resuena entre estos túneles de la muerte.
“Creo que eso es todo para ese chico” Dijo entre
respiraciones la mujer que corría al lado mío.
“Mejor ella que nosotros” Responde Dennis, el único amigo
que sobrevive de entre los que terminamos aquí.
No creí que unas vacaciones en Italia terminarían tan mal,
hace unos dias estaba tomando cerveza barata en una taberna junto al Véneto con
mis amigos y ahora estoy corriendo por mi vida entre las oscuras callejuelas de
este subterráneo infierno que se volvió la tumba de tantas personas.
Todo parece un sueño y aunque aún no pueda terminar de
creerlo, los cuerpos, el olor a sangre y el sonido de gritos y disparos no
hacen mas que hacerme entender que no lo es.
Todo comenzó hace tres días, caminábamos en las soleadas
calles de esta ciudad cuando una hermosa chica de cabello rojo me detuvo y me
entrego un flyer de lo que según iba a ser “el evento del año” la entrada seria
gratuita y nos llevarían a todos al lugar sorpresa donde sería la fiesta.
Conforme pasaban las horas y veíamos la publicidad en las calles y las hermosas
mujeres que entregaban la publicidad, nos decidimos a ir con la idea de tener
suerte con alguna de ellas.
“Vamos Tommy” le decía a mi hermano “no seas aburrido y ven
con nosotros, será divertido”
“Esta bien, iré. Que quede claro que nada de lo que pase aquí
lo vamos a repetir ¡Lauren me matara si se entera” Decía el entre risas, el fue
el único que no quería ir en principio. Ya es muy tarde para decir que debimos
hacerle caso, ahora el como tantos otros jamás verán la luz del día de nuevo.
Pasaron las horas y cuando nos dimos cuenta, llego la hora
de ir al sitio de encuentro, como tantos otros turistas fuimos a el para
encontrar los buses, todos con dibujos en rojo y negro de un palacio y con las inscripción
“Per la libertade” en su costado. Solo
me importaron en ese momento las chicas que se estaban subiendo al autobús mas
cercanos y como zombies, fuimos tras ellas.
El viaje duro más de lo que esperaba y en el transcurso solo
pude pensar en lo lejos que estábamos de cualquier ciudad en el mapa. Todos reíamos
y bebíamos mientras nos preparábamos para lo que seria la mejor fiesta de
nuestras vidas. Todo fue asi hasta que llegamos a un claro, con un montón de
pancartas y una enorme entrada a lo que parecía una cueva.
“¡Pasen, pasen todos!” Gritaba un hombre parado sobre unas
cajas usando su megáfono “¡No se pierdan el inicio de este gran espectáculo!
¡No se pierdan la oportunidad de ser libres esta noche!”
Nosotros como muchos otros solo seguimos el camino que
marcaron en la cueva y rápidamente nos dimos cuenta que ese camino era solo uno
entre muchos que se iban hacia quien sabe dónde, pero en ese momento solo me
importaba ir hacia el frente. Al acércanos a nuestro destino pude escuchar la música
que poco a poco se hacía mas fuerte, hasta que, salimos a un sitio que se abría
y creaba un gran espacio donde había antorchas, cornetas y luces que daban el
mejor ambiente para una fiesta. Las personas ya estaban bailando en medio del
gran círculo que había sido trazado por las antorchas. Todo fue diversión hasta
que, sobre el escenario que daba vida a esta fiesta un gran hombre camino hasta
la punta del mismo, vestía de forma elegante y al momento de tocar un micrófono,
la música murió y todos miramos hacia él.
“A todos, les doy la bienvenida a este pequeño evento” su
voz era profunda y llegaba a todos “para los que no me conocen, soy Arlo y soy
el organizador esta gran noche y les quiero dar las gracias por haber venido…”
La multitud rompe el momentáneo silencio para brindarle sus aplausos a este
hombre, yo hacía lo mismo hasta que me di cuenta, que entre las muchas entradas
estaban comenzando a moverse sombras, mas personas que llegan a tarde a la
fiesta pensé yo pero hubo unos movimientos y un cierto brillo metálico que me
distrajeron mas de la cuenta. Decidí dejarlo y volver a prestarle atención al
hombre “pero la verdad es, mis niños, que ustedes no están aquí solo para estar
en una gran fiesta. No, ustedes están aquí, para ser los orgullos participes,
del ritual que nos dará libertad a todos y no soy el único agradecido por eso
¿No es asi hermanos?”
“¡LIBERTADDDD!” Se oyó de todos lados, mi sangre se helo al
ver que las sombras tomaban formas de hombres que aparte de gritar eufóricamente
portaban escopetas, pistolas y algunas hachas “¡SALVE BEHEMOTH! ¡SALVE ARLO!”
Estaba congelado, ya sea por el pánico o por la pesada presencia
solo podía mirar de Arlo a sus seguidores “La revolución por la libertad pronto
comenzara, pero para completar lo que necesitamos, hace falta de… Sacrificios
de sangra y ¿Qué mejor forma de conseguir que tantas gente viniera
voluntariamente a este lugar que haciendo una gran fiesta? Sin mas que decir,
mis hermanos ¡QUE COMIENCE LA…!” Nunca llego a terminar esa frase, un sonido
ensordecedor atravesó la cueva. Un americano había sacado de su pantalón una
pistola y le había dado en el pecho a ese maldito hombre. Nunca había amado
tanto la cultura de los americanos como en ese momento.
Ese sonido nos despertó a todos de un sueño, por un lado,
los hombres armados comenzaron a disparar, pero por otro cientos de jóvenes ebrios
corrieron por sus vidas o lucharon por ellas en todas direcciones. Al correr,
mis amigos y yo nos dividimos sin querer y pude ver como algunos de ellos eran
alcanzados por las balas o la pelea que otros provocaban para salvarse: Hanna y
Rico fueron los primeros en caer por las balas, Simon intentando correr fue
usado de escudo por algunos idiotas y Daniel, solo supo que estaba muerto
cuando dos de esos hombres lo arrojaron al suelo para que un tercero lo
atravesara con una lanza. Cuando llegamos a una de las muchas cuevas, solo quedábamos
Dennis, Tommy y yo. Estábamos entrando a la cueva cuando de repente uno de esos
hombres sale de la nada. Antes de pensar en otra cosa nos arrojamos sobre él y
pese al disparo que resonó, solo pensé en usar la piedra que encontré para
golpear su cabeza una y otra vez. Fue cuando escuche el sollozo de Tommy que me
di cuenta de que ese disparo si dio en el blanco.
Me acerque a él y solo podía decirle “Lo siento, tenías razón,
no debimos haber venido” al tiempo que tocaba su cara y detallaba el orificio
sangrante que había en su pecho
“Ya no importa nada Lucas, solo déjame y…” Tosió sangre “sal
de aquí”
¡No, no puedo dejarte aquí!” Le decía entre sollozos “Yo te
llevare si es necesario”
“Sabes que no podemos hacer eso, date prisa, antes de que
otro de ellos nos vea” Dijo Dennis que aunque me doliera escucharlo, tenía razón.
No pude decir nada más, solo me deje llevar y corrí, corrí y corrí hasta
olvidar quien era, pasando alrededor de cuerpos y de personas asustadas sin que
me afectara ya nada. Quien sabe cuánto paso entre eso y este momento, solo se
que muchos otros no lo lograron y nosotros si, de las 20 personas que éramos
cuando recupere la cordura, solo quedamos 6 y aunque parecía imposible, sentía cada
vez más cerca el viendo cálido que guiaba a la salida.
“Puedo ver una salida” Decía el hombre que estaba el frente
del grupo, mas adelantado que nosotros.
“Por fin” decía un cansado Dennis
Caminábamos ya por el cansancio y el hambre a una pequeña
ruptura de la tierra que daba a una iluminada calle de la ciudad. Ya pronto podríamos
escapar de este maldito infierno… O eso pensaba.
De repente de entre las zonas oscuras salieron esos malditos
hombres y antes de reaccionar comenzaron a disparar de nuevo, Dennis atravesó con
el tuvo que encontró a uno de ellos antes de morir, pero termino igual que el
resto. Yo cai sintiendo solo dolor en mi torso pero miraba solo hacia la calle,
tan iluminada… Tan hermosa. Se hizo el silencio y escuche las pisadas uno de
esos hombres hacia mi, sabia que era mi fin pero no le daría el lujo de mirarlo
y pedir piedad, al menos por un momento sere libre y me llevare esa calle
iluminada a la eternidad conmigo.
“Tan cerca…” Logre decir antes de cerrar los ojos y
prepararme para mi final.