miércoles, 10 de octubre de 2018

Una princesa sin castillo



Una princesa sin castillo


Todo o nada, así dijimos un día siendo solo niños
quien diría que vivirías tus días 
volviendo  juramento lo que tontamente en un papel escribimos.


Los años pasan inclementes, dejando factura
ayer eras del castillo la princesa encerrada
pero hoy... Eres la talladora
pero libre, de sus cadenas despojada.



Desde que la conocí, era vista como una princesa inalcanzable 
pero la verdad era otra, su corazón valía mas que su cartera
aunque la vigilaban los hombres portadores de sable
ella era suave y dulce, pero de mente algo inestable.


La vi por primera vez en un día cualquiera
no fue en una fiesta elegante
sino uniformada en la escuela.


yo solo era un joven escritor, para ellos, un peón desechable
por lo que me dejaron entrar pensando que como el resto
seria un objeto, fácilmente reemplazable
pero como ven se equivocaron
dure mas yo, que los guardaespaldas y sus sables.


Los años pasan con ellos llegan los cambios
cambias tu forma de ver las cosas, a las personas
de estar en un pueblo chico pasaste a lugares sombríos
dejando el pueblo donde un día nos conocimos.


La princesa dejo las montañas y se fue a una tierra rodeada de agua y sal
creando una nueva historia, pero encerrada en su jaula de cristal
aunque era de sangre real, ella no quería una vida llena de riquezas
solo una cerveza junto al mar.


La juventud con ella viene con ciertas debilidades y fortalezas
una es que entregas tu amor rápido
y la otra es que tienes atracción por las sorpresas.


Un día sin pensar, se entrego al viento y con el a la aventura
no solo a los desconocido, sino a su amiga la pasión
y a su compañera la lujuria.


Poco a poco ella cambio los vestidos y peinados elegantes
por algo mas simple algo que puedas usar mientras el cuerpo aguante
se hogar dejo de ser una fortaleza, la cambio por algo mas simple
una casita junto a la playa.


A su alrededor dejaron de estar los cortesanos y ese par de guardaespaldas
ahora hay 3 hijos de nadie y un par de damas moviendo sus faldas
la vida de muchas vueltas y si les prestas atención te mareas
ayer eras princesa, ahora eres vividora de lo que venga, tallando piedra y madera.


Así son las cosas, un día lo tienes todo, pero eres una prisionera
pero luego vives con los justo, pero libre dejándote llevar por la ventolera
con un andar tranquilo sin pensar mucho en su pasado
solo aprende de el y le da amor justo a los suyos
una lección que aprendió joven y que mucho a la respaldado.



Las noches solitarias se acompañan con el humo de la sabiduría
escribiendo versos curiosos que no todos entenderían
así es como una princesa sin castillo hoy vive
y citando los versos que un día canto un tal Arjona
"Lo poco que tengo es tan poco, que hay para regalar".


Aunque suele pensar en las montañas
aquel lugar que antaño fue su hogar
sera que un dia vuelve ¿O solo piensa en el para variar?


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