Un nacimiento, una muerte
Es irónico el como a veces toda cobra sentido
el como el dulce beso de la bebida te hace entender las cosas con claridad
que aunque exista una hermosa fantasia
suele ser más perfecta la tristeza de la realidad.
El mareo que causa el oscuro nectar entumece mis manos
y limita mi movilidad
pero de igual manera elimina mi filtro
por lo que hoy hablo desde el fondo de mi
cosa que aunque no lo creas, poco hago en la actualidad.
Los placeres de la vida que tanto nos nublan la vista
hacen que mas de uno olvide
lo temporales que somos en la pista.
Por mucho tiempo creí olvidar
lo efímera que es mi juventud y por ende, la deje marchitar
teniendo ojos de anciano en un cuerpo que las arrugas aun desconoce
o creí que lo había olvidado, hasta que en esta noche volví a pisar la tierra
donde se habla de paz mientras nos preparamos para la guerra.
Festejando la llegada de alguien nuevo al mundo
contagiado de la algarabía y risas que hoy tiene todo el mundo
sintiendo como en el aire se crecía el amor y moria el odio
al frente de la calle se vivia otro episodio.
Lágrimas más de una mejilla rodeaban
un ataud abierto y los murmullos de las oraciones
rito antiguo que hacían los que quedaban
despidiendo a ese ser querido cuyo camino terrenal terminaba.
Lo curioso de todo esto es que nadie notaba la ironía de mi pensar
un nacimiento ocurre, cuando otra muerte acaba de pasar
y ambos sin darse cuenta, dan vida al ciclo de la vida
partiendo mi mente de alegría y pesar.
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